El tiempo en la narración
Tiempo en la narración
10.09.2015 18:55
Cuando se analiza el tiempo de la narración conviene tener en cuenta esta distinción:
1. EL TIEMPO EXTERNO O HISTÓRICO: Es la época o momento en que se sitúa la narración. Puede ser explícito o deducirse del ambiente, personajes, costumbres, etc.
2. EL TIEMPO INTERNO: Es el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la historia. Puede ser toda una vida o varios días. El autor selecciona los momentos que juzga interesantes y omite (elipsis =saltos temporales) aquellos que considera innecesarios.
2.1.Dentro de este tiempo interno tendremos que distinguir entre:
TIEMPO DE LA HISTORIA: Es el tiempo de la realidad narrada, el significado. Se define atendiendo a la sucesión cronológica de los acontecimientos y al tiempo que estos abarcan.
TIEMPO DEL DISCURSO: Se trata del tiempo del discurso narrativo, del significante. Será el orden en que se narran esos acontecimientos y lo que ocupan.
La relación entre el tiempo de la historia y el del discurso marca el ritmo narrativo.
En ocasiones, el tiempo de la historia y el tiempo del discurso se equilibran pero, generalmente, el tiempo narrado es mucho más amplio que el tiempo de la narración.
Esta relación habrá que analizarla atendiendo a tres conceptos: el orden, la duración y la frecuencia.
1.-ORDEN: Relaciones entre orden temporal de los sucesos en la historia y el orden temporal de su disposición en el discurso.
2. DURACIÓN: Relaciones entre la duración variable de los sucesos y la duración (=extensión del texto) de su relato en el discurso.
3. FRECUENCIA: Relación entre el número de veces que un suceso aparece en la historia y el número de veces que se narra en el discurso.
ORDEN
Las discordancias entre el orden de la historia y el del discurso se denomina anacronías. Las principales relaciones temporales basadas en el orden son la analepsis y la prolepsis.
Analepsis o retrospección es cualquier evocación, después del suceso, de un acontecimiento anterior al momento en el que se narra en el discurso.
Prolepsis o anticipación consiste en contar o evocar por adelantado un suceso posterior.
DURACIÓN
La velocidad del discurso se definirá como la relación entre la duración de la historia (en minutos, días, meses, años) y la extensión que se le dedica en el texto (en líneas y páginas). Así, tomando como referencia una velocidad igual, existen dos formas de cambio (anisocronías): la aceleración y la desaceleración.
Desaceleración: Se produce cuando se dedica un segmento largo del texto a un periodo breve de la historia.
Aceleración: Se trata del procedimiento opuesto, se dedica un segmento corto del texto a un periodo largo de la historia.
La forma máxima de aceleración es la elipsis: en el discurso no se cuenta nada, pero sí hay acontecimientos en la historia.
Por otra parte, la forma máxima de desaceleración es la pausa descriptiva en la que un segmento del discurso narrativo corresponde a una duración de la historia nula.
El narrador utiliza diversas técnicas para manipular el ritmo. Entre ellas se destacan las siguientes
Escena: el tiempo del relato y el de la historia son iguales. Se consigue gracias al predominio del diálogo.
Resumen: acelera el ritmo de la narración. Se narra un periodo largo de tiempo en pocas líneas.
Elipsis: partes de la historia, no relevantes para el narrador, que se omiten en el discurso.
Pausas de tipo descriptivo o digresivo: que hacen mucho más morosa la narración porque consume texto, pero no tiempo
La presencia de estos fenómenos está ligada al significado de la narración e indica la relevancia que el narrador quiere dar a un determinado suceso o a un determinado personaje.
FRECUENCIA
Se refiere a las relaciones de repetición entre el discurso y la historia. En realidad un suceso repetido nunca es el mismo, como tampoco es el mismo un segmento del enunciado repetido, puesto que su localización en un contexto diferente necesariamente lo cambia.
Las relaciones de repetición entre elementos narrados y enunciados narrativos pueden tomar cuatro formas:
a) Contar una vez lo que pasa una vez: relato singulativo. Es la forma narrativa más común. Ej.: “El domingo fui a dormir temprano.”
b) Contar “n” veces lo que ha pasado “n” veces: relato anafórico. Ej.: “El domingo fui a dormir temprano, el lunes fui a dormir temprano, el martes fui a dormir temprano, etc.”
c) Contar “n” veces lo que pasó una vez: relato repetitivo.
d) Contar una vez lo que pasó “n” veces: relato iterativo, que implica condensación. Ej.: “Cada día iba a dormir temprano.